Descripción
19,00 €
de Ángela Becerra (Autor)
Una historia de amor que vence todos los obstáculos
Joan Dolgut y Soledad Urdaneta viven su primer amor en un contexto en el que todo los separa: las clases sociales, las costumbres, el dinero… incluso un océano. Sus respectivos hijos tratarán de descubrir el secreto que dominó la vida de sus padres. Entre ellos dará comienzo una historia que entrelazará sentimientos inesperados, pasiones sin resolver…
![]() Coleccción ANAQUEL DE POESÍA, nº 31 CICATRICES DE ASFALTO en este título se condensa la esencia de los versos que vertebran este poemario: CICATRICES porque los personajes que circulan por ellos las llevan en su interior e, incluso, en su exterior en algunos casos. Cicatrices que han nacido de preguntas, búsqueda, pérdida, desencuentro, de amar al prójimo sin uno mismo. Pero la presencia de una cicatriz implica supervivencia a la herida que la causó, nos encontramos por tanto, ante personajes valientes y perseverantes, personajes que luchan, que aprenden a base de equivocarse. DE ASFALTO, porque el escenario donde se desarrollan los poemas es la ciudad, concretamente, Madrid, en un tiempo en que todo era posible (como tan bellamente ha sabido concretar Jesús Urceloy en el prólogo-carta que precede a este poemario). Cicatrices y asfalto para describir una ciudad de autobuses y lluvia, soledad y voces perdidas en la nostalgia, en el surrealismo de la vida cotidiana. MARÍA JOSÉ CORTÉS regresa a la poesía con este bellísimo libro —trabajado con precisión de orfebre—y en donde las palabras agudizan la conmoción de saberse solo, de reconocer la derrota, de manifestar que todos buscamos un cobijo dentro de la herida de la gran ciudad. LA SOLEDAD Estado del lote: Normal (con señales de uso normal) |
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Descripción
1999, Madrid, Unidad Editorial, Colección Milenium, las 100 joyas del milenio, Biblioteca El mundo, 239 páginas, 21×12, cubierta en tapa dura ilustrada, buen estado.
La eterna pretensión humana de igualarse a Dios y las prácticas científicas de la época se unieron en la mente del Dr. Victor Frankenstein, la criatura de Mary Shelley, induciéndole a llevar a cabo su experimento: crear un hombre vivo hecho con fragmentos de varios cadáveres. A partir de esta idea, Mary Shelley escribió una obra inmortal, una obra que pretendía, más que provocar el miedo del lector, inducirle a la reflexión. Por un lado, el hombre sabio es castigado cuando pretende alcanzar el conocimiento superior y propagarlo; por otro, la criatura humana surgida del conocimiento prohibido es abandonada por Dios y por los hombres cuando aparece sobre la tierra con una apariencia distinta a la del resto de los mortales. El monstruo creado por Frankenstein es la fealdad, pero también es la imperdonable “diferencia”, algo que no se tolera, aunque sólo esconda bondad e inteligencia.
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