Descripción
19,00 €
Estado del lote: Normal (con señales de uso normal)
Terenci Moix
Encuadernación de tapa dura. Condición: Aceptable. Rosemary Woodhouse y su marido, Guy, un actor poco reconocido que lucha por abrirse paso en su carrera, se mudan a un edificio de apartamentos neoyorquino, el Bramford, signado por una fama ominosa y habitado por ancianos. Roman y Minnie Castavet, vecinos de los Woodhouse, acuden a darles la bienvenida e intentan, por todos los medios, establecer relación con ellos. Rosemary se muestra renuente a frecuentarlos, no sólo porque los considera extraños sino también por los misteriosos ruidos procedentes de su apartamento. Guy, sin embargo, parece sentirse encantado con los Castavet. Poco después de que su marido haya conseguido un importante papel en Broadway, Rosemary queda embarazada, y los Castavet empiezan a mostrarse especialmente interesados por su salud. Mientras se siente cada vez más enferma y aislada, Rosemary comienza a sospechar que los Castavet y sus amistades no son lo que parecen.
Título: Me llaman Padre Tocino
Editorial: Verbo Divino
Año de publicación: 1984
Encuadernación: Encuadernación de tapa dura
Werenfried (Philipp) van Straaten (Mijdrecht, Holanda, 17 de enero de 1913 – Bad Soden, Alemania 31 de enero de 2003), con nombre de pila Philippus Johannes Hendricus, fue un sacerdote y monje premonstratense conocido por su labor humanitaria, especialmente como fundador en 1947 de la asociación católica internacional Ayuda a la Iglesia Necesitada.
El año 1932 estudió filología clásica en Utrecht. En 1933 ingresó como monje de la orden religiosa premonstratense a la abadía de Tongerlo, en Bélgica y en 1940 fue ordenado sacerdote. El año 1959, el Padre Werenfried visitó los territorios de refugiados en Asia y estuvo con la madre Teresa de Calcuta.
Falleció en Alemania, el 31 de enero de 2003.
Fue conocido como el “Padre Tocino“. En 1947 fundó la Asociación Internacional Ayuda a la Iglesia que Sufre (Ayuda a la Iglesia Necesitada), fundación católica de apoyo a los refugiados y a los cristianos perseguidos por su fe. De esta manera, salvó a miles de personas de la miseria moral y material.
Su lema personal fue “El hombre es mucho mejor de lo que pensamos“. Para llevar la fe a los más necesitados, tuvo iniciativas muy originales como los “Barcos-Capillas”, los “Autos-Capillas” y los “Sacerdotes con mochila”.
“Declararè, que sean Atheistas, las maneras que ay dellos, su origen, sus abominaciones, y daños, con el mas breve y claro estilo que pudiere. Recopilando la doctrina que aqui dirè de muchos y diversos Authores, que contra ellos han escrito, y procurando traer lo que fuere mas a proposito, para declarar esta abominable pestilencia.” En sus «Diez lamentaciones» (1611), Fay Jerónimo Gracián de la Madre de Dios enumera las principales tendencias del ateísmo antiguo y de su tiempo, prestando atención particular a los ateos librepensadores, sensuales, libertinos y agnósticos.
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