Descripción
19,00 €
Estado del lote: Muy Bueno (nuevo o como nuevo, sin señales de uso)
Una colección única de más de cuarenta proverbios, entre ellos “Mira antes de saltar” y “Una palabra al sabio es suficiente”, ofrece ilustraciones ingeniosas y coloridas que capturan el ingenio y la sabiduría de estos dichos clásicos.. A word To the wise and other proverbs Johana hurwitz Robert Rayesvsky
No hace mucho que he descubierto a este periodista suizo que, como Vittorio Messori aunque de distinta manera, escribiendo un libro divulgativo sobre el sentido de la historia a la luz de la fe, hizo un gran bien a la Iglesia.
Georges Huber (1910-2003) fue un periodista suizo. Estudio en colegios suizos y en París se licenció en Relaciones Internacionales y obtuvo su título de doctor en Ciencias Políticas y Económicas, demostrando así su capacidad de generar conocimiento científico. Esta experiencia dejaría en él la huella imperecedera de cómo afrontar la investigación de cualquier suceso sin perder de vista la verdad de los hechos.
En la Universidad Católica de París hizo estudios de posgrado y recibió clases de Étienne Gilson, líder en su época del neotomismo católico. Fue corresponsal en Roma de varias publicaciones de Francia, Alemania, Canadá e Italia, dejando la Ciudad Eterna durante la Segunda Guerra Mundial para trabajar en Suiza sobre gestión económica durante el conflicto.
Se casó en 1946 y perteneció, junto con su esposa María Teresa, a la Orden Terciaria de los carmelitas. Llegó a hablar siete idiomas. Escribió unos quince libros y una treintena de artículos no propiamente periodísticos. Lo que hace que os lo presente es, sin embargo, el bien que me ha hecho leer una de sus obras: El brazo de Dios.
En ella expresa la acción de Dios en la historia, basándose en las Sagradas Escrituras y en los padres de la Iglesia como San Agustín, así como en Santo Tomás de Aquino, gran exponente del Providencialismo como modo auténtico, revelado e inspirado por Dios de entender la historia.
Mejor que explicar los contenidos, es, creo, daros a probar algo de lo que en él podréis encontraros:
“En un mismo hombre y en el mismo instante, la violación de un mandamiento de Dios puede coexistir con el cumplimiento de los designios de Dios. Al vender su hermano pequeño a los mercaderes que marchaban a Egipto, los hijos de Jacob violaban la ley de Dios; pero al mismo tiempo y por el mismo acto, ejecutaban sin saberlo un decreto de la Providencia. El propio José se lo revelará después de la muerte de su padre Jacob: «Vosotros pensasteis hacerme un mal, pero Dios lo convirtió en bien»…
»Otro ejemplo, aún más impresionante, de esta coexistencia en los mismos sujetos y al mismo tiempo de la violación de la ley de Dios y del cumplimiento de sus designios. Todas las autoridades responsables del arresto, la condena y la crucifixión de Jesús se hicieron culpables del más horrendo de los crímenes: el deicidio, la condena a muerte del Inocente por excelencia. Sin embargo, al hacer esto, aquellas autoridades ejecutaban un decreto eterno de Dios. Es verdad que ellos lo cumplieron sin saberlo, como los hermanos de José, figura de Cristo, pero lo cumplieron. La Sagrada Escritura lo afirma con una claridad tajante: al evocar las maquinaciones y los complots urdidos contra Jesús por Pilatos y Herodes, por los gentiles y por los judíos, la primera comunidad cristiana constata que se hizo así «para ejecutar lo que la mano y el consejo de Dios habían decidido que se hiciese»…
»El azar no existe para Dios y para quien ve los acontecimientos «con los ojos de Dios»: «Lo que es azar a los ojos de los hombres, es designio, plan determinado, en la consideración de Dios» (Bossuet). Los encuentros inesperados y las coincidencias imprevistas que el no creyente imputa al azar, el creyente los atribuye a Dios, que desde toda la eternidad los ha insertado en sus planes. Si con la Revelación la palabra «Providencia» se ha convertido en el «nombre de bautismo del azar», la palabra «azar», en un mundo secularizado, se ha convertido en el «apodo de la Providencia» (Chamfort). «No hablemos más de azar ni de fortuna -escribe Bossuet-, o hablemos de ello como de un nombre con el que encubrimos nuestra ignorancia. Lo que es azar ante nuestros conocimientos inciertos es un designio concertado dentro de un consejo más alto, es decir, dentro del consejo eterno que encierra en sí todas las causas y todos los efectos en un mismo orden. De esta suerte, todo concurre a un mismo fin, y es esta incapacidad para conocer y comprender el conjunto lo que nos hace encontrar como producto del azar o de la irregularidad nuestras experiencias particulares»…
»Ocurre, así, que un velo de misterio cubre la historia. Nosotros no percibimos sino el exterior, en tanto que se nos escapan las grandes líneas del proceso. La historia, que es obra de los hombres, es también la ejecución de los planes de Dios. Y esto, de un modo primordial. San Agustín compara la historia a un canto cuya belleza no se aprecia hasta que se han escuchado las cadencias finales. De este modo, Dios atraviesa de incógnito la historia. La conduce con una fuerza irresistible sin que el ojo sea capaz de aprehender su presencia. Omnipresente, parece ausente. Omnipotente, parece a veces impotente, hasta tal punto las fuerzas del mal parecen haberlo oscurecido. Pero no se trata más que de una apariencia. Él domina soberanamente a los dominadores…
»Los hombres se agitan, y Dios los conduce y guía. Las manos de los hombres trabajan e intrigan, hacen y deshacen, construyen y abaten, y, al mismo tiempo, obedecen, sin saberlo, al brazo invisible de Dios. Al ejecutar los designios humanos, los hombres ejecutan los de Dios“.
El cardenal Marcelo González Martín (1918-2004) escribió el prólogo de la edición española de ‘El brazo de Dios’, publicada en 1980 por Rialp en la colección Patmos El original francés data de1976.
Sin duda, entre los muchos beneficios que pueden producir catástrofes como la pandemia, Filomena, el volcán de La Palma o la guerra está el indicado por el mismo Jesucristo: convertíos, volveos a Dios. La pesadumbre que ha producido en no pocos católicos el descubrimiento del más que conocido y denominado Nuevo Orden Mundial y su agenda no debe enturbiar nuestra fe y nuestra razón de tal modo que lleguemos a perder la fe en un Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo, con el Corazón traspasado, que no abandona la obra de sus manos.
El brazo de Dios es un texto que nos puede ayudar en nuestra formación permanente, frente a la deformación permanente que suponen algunos medios de comunicación y nuestras propias limitaciones, debilidades y pecados. Un científico heterodoxo metido a divulgador espiritual como Georges Huber puede ser tenido también como un regalo de la Providencia para estos tiempos recios que vivimos.
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Mejor que explicar los contenidos, es, creo, daros a probar algo de lo que en él podréis encontraros:
“En un mismo hombre y en el mismo instante, la violación de un mandamiento de Dios puede coexistir con el cumplimiento de los designios de Dios. Al vender su hermano pequeño a los mercaderes que marchaban a Egipto, los hijos de Jacob violaban la ley de Dios; pero al mismo tiempo y por el mismo acto, ejecutaban sin saberlo un decreto de la Providencia. El propio José se lo revelará después de la muerte de su padre Jacob: «Vosotros pensasteis hacerme un mal, pero Dios lo convirtió en bien»…
»Otro ejemplo, aún más impresionante, de esta coexistencia en los mismos sujetos y al mismo tiempo de la violación de la ley de Dios y del cumplimiento de sus designios. Todas las autoridades responsables del arresto, la condena y la crucifixión de Jesús se hicieron culpables del más horrendo de los crímenes: el deicidio, la condena a muerte del Inocente por excelencia. Sin embargo, al hacer esto, aquellas autoridades ejecutaban un decreto eterno de Dios. Es verdad que ellos lo cumplieron sin saberlo, como los hermanos de José, figura de Cristo, pero lo cumplieron. La Sagrada Escritura lo afirma con una claridad tajante: al evocar las maquinaciones y los complots urdidos contra Jesús por Pilatos y Herodes, por los gentiles y por los judíos, la primera comunidad cristiana constata que se hizo así «para ejecutar lo que la mano y el consejo de Dios habían decidido que se hiciese»…
»El azar no existe para Dios y para quien ve los acontecimientos «con los ojos de Dios»: «Lo que es azar a los ojos de los hombres, es designio, plan determinado, en la consideración de Dios» (Bossuet). Los encuentros inesperados y las coincidencias imprevistas que el no creyente imputa al azar, el creyente los atribuye a Dios, que desde toda la eternidad los ha insertado en sus planes. Si con la Revelación la palabra «Providencia» se ha convertido en el «nombre de bautismo del azar», la palabra «azar», en un mundo secularizado, se ha convertido en el «apodo de la Providencia» (Chamfort). «No hablemos más de azar ni de fortuna -escribe Bossuet-, o hablemos de ello como de un nombre con el que encubrimos nuestra ignorancia. Lo que es azar ante nuestros conocimientos inciertos es un designio concertado dentro de un consejo más alto, es decir, dentro del consejo eterno que encierra en sí todas las causas y todos los efectos en un mismo orden. De esta suerte, todo concurre a un mismo fin, y es esta incapacidad para conocer y comprender el conjunto lo que nos hace encontrar como producto del azar o de la irregularidad nuestras experiencias particulares»…
»Ocurre, así, que un velo de misterio cubre la historia. Nosotros no percibimos sino el exterior, en tanto que se nos escapan las grandes líneas del proceso. La historia, que es obra de los hombres, es también la ejecución de los planes de Dios. Y esto, de un modo primordial. San Agustín compara la historia a un canto cuya belleza no se aprecia hasta que se han escuchado las cadencias finales. De este modo, Dios atraviesa de incógnito la historia. La conduce con una fuerza irresistible sin que el ojo sea capaz de aprehender su presencia. Omnipresente, parece ausente. Omnipotente, parece a veces impotente, hasta tal punto las fuerzas del mal parecen haberlo oscurecido. Pero no se trata más que de una apariencia. Él domina soberanamente a los dominadores…
»Los hombres se agitan, y Dios los conduce y guía. Las manos de los hombres trabajan e intrigan, hacen y deshacen, construyen y abaten, y, al mismo tiempo, obedecen, sin saberlo, al brazo invisible de Dios. Al ejecutar los designios humanos, los hombres ejecutan los de Dios“.
El cardenal Marcelo González Martín (1918-2004) escribió el prólogo de la edición española de ‘El brazo de Dios’, publicada en 1980 por Rialp en la colección Patmos El original francés data de1976.
Sin duda, entre los muchos beneficios que pueden producir catástrofes como la pandemia, Filomena, el volcán de La Palma o la guerra está el indicado por el mismo Jesucristo: convertíos, volveos a Dios. La pesadumbre que ha producido en no pocos católicos el descubrimiento del más que conocido y denominado Nuevo Orden Mundial y su agenda no debe enturbiar nuestra fe y nuestra razón de tal modo que lleguemos a perder la fe en un Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo, con el Corazón traspasado, que no abandona la obra de sus manos.
El brazo de Dios es un texto que nos puede ayudar en nuestra formación permanente, frente a la deformación permanente que suponen algunos medios de comunicación y nuestras propias limitaciones, debilidades y pecados. Un científico heterodoxo metido a divulgador espiritual como Georges Huber puede ser tenido también como un regalo de la Providencia para estos tiempos recios que vivimos.
El Brazo de Dios, ó, Memorias del Conde de Albornoz: Historia-Novela Española.
José Velázquez Y Sánchez (Autor) · Nabu Press · Tapa Blanda
Libro NuevoOrigen: EE.UU.
Eva Agulló se ha hecho famosa con un libro sobre adicciones. La propia Eva es, en realidad, una adicta. Adicta al alcohol, a la angustia, a la valoración de los otros. En una carta-diario escrita a su hija recién nacida mientras su madre agoniza en el hospital, Eva intenta explicar de qué familia viene para poder imaginar hacia qué familia se dirige.
A caballo entre el pasado, el presente y el futuro, entre Nueva York, Madrid y Alicante, reconstruye la historia nunca contada de la familia Agulló Benayas: los secretos a voces, las herencias, materiales o no, que los padres legan a sus hijos, y cómo para algunos lleva toda una vida aprender a vivirla. Para acabar concluyendo que la vida es, en sí misma, un milagro. Un milagro en equilibrio.
“Sé que cuando tú seas mayor podrás juzgarme igual que yo un día juzgué a mi padre, y eso me aterra, porque pienso que si mis padres no supieron hacer las cosas de otra manera, es más que probable que yo tampoco sepa transmitirte nada válido, que cometa los mismos errores y vuelque en ti mis frustraciones y mis miedos, que no sepa contener mis accesos de mal genio, esconder mis inseguridades y mis neuras, ser refugio ni consuelo cuando me necesites.” Fragmento del libro Un milagro en equilibrio.
Editorial: Salvat, El País
Año de publicación: 2005
Encuadernación: Tapa dura
Publicado por El País – Salvat, Madrid, 2005
ISBN 10: 8447103366 / ISBN 13: 9788447103362
Idioma: Español
30 x 22,5. Profuso en fotografias a color.
Este excelente manual inició en los estudios de Filosofía a varias generaciones de universitarios, desde su primera publicación en 1955.
-La Biblioteca del Cincuentenario comenzó su andadura en 1998, y está publicando aquellos títulos ya editados por Rialp durante sus primeros 50 años de existencia y que, a juicio de los editores, son demasiado buenos para ser olvidados.
Fundamentos de Filosofía, de Antonio Millán-Puelles, inició en los estudios de Filosofía a varias generaciones de universitarios, desde su primera publicación en 1955 hasta la duodécima edición en 1985.
Antonio Millán-Puelles fue uno de los más preclaros filósofos españoles del siglo XX. Nació en 1921 y falleció en 2005. Fue Académico de Número de la Real Academia de Ciencias Morales y Políticas; catedrático de Filosofía en la Universidad Complutense de Madrid, y desde 1979, catedrático de Metafísica en la misma universidad. También Profesor Extraordinario de la Universidad de Navarra. Desde 1947 su actividad como autor también fue muy intensa: escribió más de 30 libros, algunos traducidos a otros idiomas.
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isbn 9788420457932 club de las chicas Robinson Ana Rossetti alfaguay Libros Nuevos – Literatura Infantil y Juvenil – Literatura Juvenil
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