Descripción
14,90 €
Estado del lote: Muy Bueno (nuevo o como nuevo, sin señales de uso)
2011
2011
2000
1993
1989
1987
1984 (1985)
1982
1980 (2010)
1979 (1984)
1971 (2003)
1965 (2002)
1965
1959 (1986)
1956 (1984)
1955 (1993)
William Gerald Golding | ||
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![]() Golding en 1983
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Información personal | ||
Nacimiento | 19 de septiembre de 1911 Newquay (Reino Unido) ![]() |
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Fallecimiento | 19 de junio de 1993 (81 años) Perranarworthal (Reino Unido) ![]() |
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Causa de muerte | Insuficiencia cardíaca ![]() |
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Sepultura | Church of Holy Trinity, Bowerchalke ![]() |
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Nacionalidad | Británica | |
Lengua materna | Inglés ![]() |
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Familia | ||
Cónyuge | Ann Brookfield ![]() |
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Educación | ||
Educado en |
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Información profesional | ||
Ocupación | Escritor, novelista, Military sailor(during the war years) | |
Años activo | desde 1934 | |
Géneros | Ficción alegórica, ensayo, teatro. | |
Obras notables | El señor de las moscas ![]() |
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Rama militar | Marina Real británica ![]() |
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Conflictos | Segunda Guerra Mundial ![]() |
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Sitio web | www.william-golding.co.uk ![]() |
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Distinciones |
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William Gerald Golding (Newquay, 19 de septiembre de 1911-Perranaworthal, 19 de junio de 1993) fue un novelista y poeta británico, galardonado con el premio Nobel de literatura en 1983, conocido especialmente por su obra El señor de las moscas.
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Nació en Newquay, Cornualles, en 1911 y creció en Marlborough, en cuya escuela su padre era profesor de ciencias, Alec Golding. El profesor Golding se definía como socialista con una gran confianza en el racionalismo científico, hecho que influyó decisivamente en sus dos hijos, William y Joseph, mientras que su madre, Mildred, era una ferviente defensora del sufragio femenino.1 En 1930, William comenzó a estudiar ciencias naturales en el Brasenose College de Oxford para complacer a su padre, pero dos años después cambió a los estudios de literatura inglesa, con el sueño de convertirse en poeta, al estilo de Shakespeare y Tennyson.
En el otoño de 1934 se publicó su primer libro de poesía, Poems, que posteriormente repudió, y al año siguiente comenzó su trabajo como profesor en la escuela Michael Hall, en el sur de Londres,2 trabajo que abandonó dos años después para volver a Oxford, donde preparó su doctorado.
En 1939, unas semanas antes de la declaración de guerra que condujo a la Segunda Guerra Mundial, contrajo matrimonio con Ann Brookfield. En abril del año siguiente comenzó a trabajar como profesor en la Bishop Wordsworth’s School de Salisbury.3 A los cinco meses de la boda, en septiembre, nació su primer hijo, David. Dos meses después, en diciembre de 1940, ingresó en la Royal Navy.
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Golding comienza su servicio militar en el HMS Galatea en el Atlántico norte y como marinero participa en la famosa persecución y destrucción del acorazado alemán Bismarck,4 pero después es trasladado a Liverpool para tareas de vigilancia terrestre. En 1944 pide volver al mar y forma parte del apoyo naval durante el desembarco de Normandía.5Una vez finalizada la guerra, vuelve a sus clases, dejando definitivamente la Royal Navy con el nacimiento de su segunda y última hija, Judith Diana.
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En 1952 comienza a trabajar en una novela titulada Strangers from Within (Extraños desde el interior), que después de ser rechazada por varios editores,6 es publicada en 1954 por Faber and Faber con el título Lord of the Flies (El señor de las moscas), su obra más emblemática y conocida. Esta obra trata de lo que puede llegar a hacer el ser humano en situaciones tan dramáticas como el estar perdidos en una isla.7
Cultiva también el teatro, con la obra The Brass Butterfly, estrenada en 1958 y basada en su relato anterior Envoy Extraordinary y la crítica literaria, escribiendo para The Bigman y The killer.7
En su lugar de residencia, Bowerchalke, cerca de Salisbury, entabla amistad con James Lovelock, conocido científico independiente, al que apoya en su teoría de que la vida en la Tierra se comporta como un único organismo, para el que el propio Golding sugiere el nombre de Gaia, la diosa griega de la Tierra.8En 1962 deja su trabajo como profesor para dedicarse a la literatura a tiempo completo, dando conferencias sobre El señor de las moscas y escribiendo ensayos sobre sociología y literatura, recopilados en The Hot Cakes y A moving car.
Tras una experiencia de «sequía creativa» desde 1968 a 1970, publica de nuevo su relato Envoy Extraordinary, junto a otros dos relatos en The Scorpion God (El dios escorpión, 1971) y comienza a escribir un Diario en el que cuenta tanto experiencias personales como sus dificultades creativas.7
En 1980 comienza su trilogía To The Ends Of The Earth,9 donde deja entrever su pasión por el mar y la navegación a través del periplo mundial de su protagonista, Edmund Talbot, y que finalizará entre 1989 y 1991.10
En diciembre de 1992 tiene que ser intervenido de un melanoma maligno en la cara, del que es operado satisfactoriamente. Comienza a escribir una nueva novela, The Double Penetration (La lengua oculta, ambientada en Delfos durante el Imperio romano),11 que deja inacabada al morir de un infarto el 19 de junio de 1993 y se publica post-mortem en 1996.12 Está enterrado en el cementerio de Bowerchalke, Reino Unido.
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Es galardonado con el Premio Nobel de Literatura en 1983. En el anuncio de la elección, el jurado del Premio Nobel compara a Golding con Herman Melville en estos términos:
Las novelas e historias de William Golding no son sólo sombrías enseñanzas morales u oscuros mitos sobre el mal y las fuerzas de traición y destrucción. También son relatos llenos de aventuras y color que pueden ser disfrutados como tales, por su alegre narrativa, inventiva y emoción. Sus obras, con la perspicacia de la narrativa realista, y la diversidad y universalidad del mito, iluminan la condición humana del mundo actual.13
En 1970 se presentó como candidato a canciller de la Universidad de Kent en Canterbury, pero perdió frente al político y líder del partido liberal Jo Grimond.14
En 1988 fue nombrado sir, caballero de la Orden del Imperio Británico por la reina Isabel II y en 1992 doctor honoris causa por la Universidad de Oviedo, España.15
Su obra Darkness Visible ganó el premio James Tait Black Memorial en 1979 y Rites of Passage consigue en 1980 el premio Booker del Reino Unido.16
Escritor y poeta inglés, William Golding nació en Newquay el 19 de septiembre de 1911. Está considerado como uno de los grandes autores en lengua inglesa del s.XX.
De familia muy activa social y políticamente, Golding estudió en Oxford literatura inglesa, publicando su primer poemario en 1934. Tras la Segunda Guerra Mundial, en la que participó como miembro de la marina británica, logró publicar en 1954 su primera y más conocida novela, titulada El señor de las moscas.
A partir de esta obra, Golding pasa a dedicarse a la literatura y a desarrollar varias teorías tanto políticas como sociales y literarias relacionadas con El señor de las moscas. Del resto de su obra destacan obras como Martín el náufrago o la trilogía de los Ritos de Paso.
Entre otros premios y galardones, Golding logró el Premio Nobel de Literatura en 1983 por su capacidad para unir tanto la oscura realidad del ser humano con un vibrante espíritu de aventuras. Cinco años más tarde fue ordenado Caballero de la Orden del Imperio Británico.
William Golding murió en Perranaworthal el 19 de junio de 1993, dejando inacabada su última novela, La lengua oculta.
Editor: SERBAL
Colección
(Avatares)
ISBN: 8476280203
1986, Barcelona. Cartone con sobrecubierta. Muy buen estado.
223 pp. 22,5×15 cm. 1a edición. Contenido: Del viaje de los Golding en un crucero a motor por el Nilo sale este diario extraordinariamente entretenido y divertido. En él, el recién premio Nobel de Literatura 1983 da cuenta del Egipto del pasado y del presente, los hechos de su tripulación y la vida cotidiana en el Nilo.
VIAJES EGIPTO MEMORIAS DIARIO ESCRITOR BRITANICO.
No hace mucho que he descubierto a este periodista suizo que, como Vittorio Messori aunque de distinta manera, escribiendo un libro divulgativo sobre el sentido de la historia a la luz de la fe, hizo un gran bien a la Iglesia.
Georges Huber (1910-2003) fue un periodista suizo. Estudio en colegios suizos y en París se licenció en Relaciones Internacionales y obtuvo su título de doctor en Ciencias Políticas y Económicas, demostrando así su capacidad de generar conocimiento científico. Esta experiencia dejaría en él la huella imperecedera de cómo afrontar la investigación de cualquier suceso sin perder de vista la verdad de los hechos.
En la Universidad Católica de París hizo estudios de posgrado y recibió clases de Étienne Gilson, líder en su época del neotomismo católico. Fue corresponsal en Roma de varias publicaciones de Francia, Alemania, Canadá e Italia, dejando la Ciudad Eterna durante la Segunda Guerra Mundial para trabajar en Suiza sobre gestión económica durante el conflicto.
Se casó en 1946 y perteneció, junto con su esposa María Teresa, a la Orden Terciaria de los carmelitas. Llegó a hablar siete idiomas. Escribió unos quince libros y una treintena de artículos no propiamente periodísticos. Lo que hace que os lo presente es, sin embargo, el bien que me ha hecho leer una de sus obras: El brazo de Dios.
En ella expresa la acción de Dios en la historia, basándose en las Sagradas Escrituras y en los padres de la Iglesia como San Agustín, así como en Santo Tomás de Aquino, gran exponente del Providencialismo como modo auténtico, revelado e inspirado por Dios de entender la historia.
Mejor que explicar los contenidos, es, creo, daros a probar algo de lo que en él podréis encontraros:
“En un mismo hombre y en el mismo instante, la violación de un mandamiento de Dios puede coexistir con el cumplimiento de los designios de Dios. Al vender su hermano pequeño a los mercaderes que marchaban a Egipto, los hijos de Jacob violaban la ley de Dios; pero al mismo tiempo y por el mismo acto, ejecutaban sin saberlo un decreto de la Providencia. El propio José se lo revelará después de la muerte de su padre Jacob: «Vosotros pensasteis hacerme un mal, pero Dios lo convirtió en bien»…
»Otro ejemplo, aún más impresionante, de esta coexistencia en los mismos sujetos y al mismo tiempo de la violación de la ley de Dios y del cumplimiento de sus designios. Todas las autoridades responsables del arresto, la condena y la crucifixión de Jesús se hicieron culpables del más horrendo de los crímenes: el deicidio, la condena a muerte del Inocente por excelencia. Sin embargo, al hacer esto, aquellas autoridades ejecutaban un decreto eterno de Dios. Es verdad que ellos lo cumplieron sin saberlo, como los hermanos de José, figura de Cristo, pero lo cumplieron. La Sagrada Escritura lo afirma con una claridad tajante: al evocar las maquinaciones y los complots urdidos contra Jesús por Pilatos y Herodes, por los gentiles y por los judíos, la primera comunidad cristiana constata que se hizo así «para ejecutar lo que la mano y el consejo de Dios habían decidido que se hiciese»…
»El azar no existe para Dios y para quien ve los acontecimientos «con los ojos de Dios»: «Lo que es azar a los ojos de los hombres, es designio, plan determinado, en la consideración de Dios» (Bossuet). Los encuentros inesperados y las coincidencias imprevistas que el no creyente imputa al azar, el creyente los atribuye a Dios, que desde toda la eternidad los ha insertado en sus planes. Si con la Revelación la palabra «Providencia» se ha convertido en el «nombre de bautismo del azar», la palabra «azar», en un mundo secularizado, se ha convertido en el «apodo de la Providencia» (Chamfort). «No hablemos más de azar ni de fortuna -escribe Bossuet-, o hablemos de ello como de un nombre con el que encubrimos nuestra ignorancia. Lo que es azar ante nuestros conocimientos inciertos es un designio concertado dentro de un consejo más alto, es decir, dentro del consejo eterno que encierra en sí todas las causas y todos los efectos en un mismo orden. De esta suerte, todo concurre a un mismo fin, y es esta incapacidad para conocer y comprender el conjunto lo que nos hace encontrar como producto del azar o de la irregularidad nuestras experiencias particulares»…
»Ocurre, así, que un velo de misterio cubre la historia. Nosotros no percibimos sino el exterior, en tanto que se nos escapan las grandes líneas del proceso. La historia, que es obra de los hombres, es también la ejecución de los planes de Dios. Y esto, de un modo primordial. San Agustín compara la historia a un canto cuya belleza no se aprecia hasta que se han escuchado las cadencias finales. De este modo, Dios atraviesa de incógnito la historia. La conduce con una fuerza irresistible sin que el ojo sea capaz de aprehender su presencia. Omnipresente, parece ausente. Omnipotente, parece a veces impotente, hasta tal punto las fuerzas del mal parecen haberlo oscurecido. Pero no se trata más que de una apariencia. Él domina soberanamente a los dominadores…
»Los hombres se agitan, y Dios los conduce y guía. Las manos de los hombres trabajan e intrigan, hacen y deshacen, construyen y abaten, y, al mismo tiempo, obedecen, sin saberlo, al brazo invisible de Dios. Al ejecutar los designios humanos, los hombres ejecutan los de Dios“.
El cardenal Marcelo González Martín (1918-2004) escribió el prólogo de la edición española de ‘El brazo de Dios’, publicada en 1980 por Rialp en la colección Patmos El original francés data de1976.
Sin duda, entre los muchos beneficios que pueden producir catástrofes como la pandemia, Filomena, el volcán de La Palma o la guerra está el indicado por el mismo Jesucristo: convertíos, volveos a Dios. La pesadumbre que ha producido en no pocos católicos el descubrimiento del más que conocido y denominado Nuevo Orden Mundial y su agenda no debe enturbiar nuestra fe y nuestra razón de tal modo que lleguemos a perder la fe en un Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo, con el Corazón traspasado, que no abandona la obra de sus manos.
El brazo de Dios es un texto que nos puede ayudar en nuestra formación permanente, frente a la deformación permanente que suponen algunos medios de comunicación y nuestras propias limitaciones, debilidades y pecados. Un científico heterodoxo metido a divulgador espiritual como Georges Huber puede ser tenido también como un regalo de la Providencia para estos tiempos recios que vivimos.
En:
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Mejor que explicar los contenidos, es, creo, daros a probar algo de lo que en él podréis encontraros:
“En un mismo hombre y en el mismo instante, la violación de un mandamiento de Dios puede coexistir con el cumplimiento de los designios de Dios. Al vender su hermano pequeño a los mercaderes que marchaban a Egipto, los hijos de Jacob violaban la ley de Dios; pero al mismo tiempo y por el mismo acto, ejecutaban sin saberlo un decreto de la Providencia. El propio José se lo revelará después de la muerte de su padre Jacob: «Vosotros pensasteis hacerme un mal, pero Dios lo convirtió en bien»…
»Otro ejemplo, aún más impresionante, de esta coexistencia en los mismos sujetos y al mismo tiempo de la violación de la ley de Dios y del cumplimiento de sus designios. Todas las autoridades responsables del arresto, la condena y la crucifixión de Jesús se hicieron culpables del más horrendo de los crímenes: el deicidio, la condena a muerte del Inocente por excelencia. Sin embargo, al hacer esto, aquellas autoridades ejecutaban un decreto eterno de Dios. Es verdad que ellos lo cumplieron sin saberlo, como los hermanos de José, figura de Cristo, pero lo cumplieron. La Sagrada Escritura lo afirma con una claridad tajante: al evocar las maquinaciones y los complots urdidos contra Jesús por Pilatos y Herodes, por los gentiles y por los judíos, la primera comunidad cristiana constata que se hizo así «para ejecutar lo que la mano y el consejo de Dios habían decidido que se hiciese»…
»El azar no existe para Dios y para quien ve los acontecimientos «con los ojos de Dios»: «Lo que es azar a los ojos de los hombres, es designio, plan determinado, en la consideración de Dios» (Bossuet). Los encuentros inesperados y las coincidencias imprevistas que el no creyente imputa al azar, el creyente los atribuye a Dios, que desde toda la eternidad los ha insertado en sus planes. Si con la Revelación la palabra «Providencia» se ha convertido en el «nombre de bautismo del azar», la palabra «azar», en un mundo secularizado, se ha convertido en el «apodo de la Providencia» (Chamfort). «No hablemos más de azar ni de fortuna -escribe Bossuet-, o hablemos de ello como de un nombre con el que encubrimos nuestra ignorancia. Lo que es azar ante nuestros conocimientos inciertos es un designio concertado dentro de un consejo más alto, es decir, dentro del consejo eterno que encierra en sí todas las causas y todos los efectos en un mismo orden. De esta suerte, todo concurre a un mismo fin, y es esta incapacidad para conocer y comprender el conjunto lo que nos hace encontrar como producto del azar o de la irregularidad nuestras experiencias particulares»…
»Ocurre, así, que un velo de misterio cubre la historia. Nosotros no percibimos sino el exterior, en tanto que se nos escapan las grandes líneas del proceso. La historia, que es obra de los hombres, es también la ejecución de los planes de Dios. Y esto, de un modo primordial. San Agustín compara la historia a un canto cuya belleza no se aprecia hasta que se han escuchado las cadencias finales. De este modo, Dios atraviesa de incógnito la historia. La conduce con una fuerza irresistible sin que el ojo sea capaz de aprehender su presencia. Omnipresente, parece ausente. Omnipotente, parece a veces impotente, hasta tal punto las fuerzas del mal parecen haberlo oscurecido. Pero no se trata más que de una apariencia. Él domina soberanamente a los dominadores…
»Los hombres se agitan, y Dios los conduce y guía. Las manos de los hombres trabajan e intrigan, hacen y deshacen, construyen y abaten, y, al mismo tiempo, obedecen, sin saberlo, al brazo invisible de Dios. Al ejecutar los designios humanos, los hombres ejecutan los de Dios“.
El cardenal Marcelo González Martín (1918-2004) escribió el prólogo de la edición española de ‘El brazo de Dios’, publicada en 1980 por Rialp en la colección Patmos El original francés data de1976.
Sin duda, entre los muchos beneficios que pueden producir catástrofes como la pandemia, Filomena, el volcán de La Palma o la guerra está el indicado por el mismo Jesucristo: convertíos, volveos a Dios. La pesadumbre que ha producido en no pocos católicos el descubrimiento del más que conocido y denominado Nuevo Orden Mundial y su agenda no debe enturbiar nuestra fe y nuestra razón de tal modo que lleguemos a perder la fe en un Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo, con el Corazón traspasado, que no abandona la obra de sus manos.
El brazo de Dios es un texto que nos puede ayudar en nuestra formación permanente, frente a la deformación permanente que suponen algunos medios de comunicación y nuestras propias limitaciones, debilidades y pecados. Un científico heterodoxo metido a divulgador espiritual como Georges Huber puede ser tenido también como un regalo de la Providencia para estos tiempos recios que vivimos.
El Brazo de Dios, ó, Memorias del Conde de Albornoz: Historia-Novela Española.
José Velázquez Y Sánchez (Autor) · Nabu Press · Tapa Blanda
Libro NuevoOrigen: EE.UU.
Años de plomo. Cuerpos separados. Estragos por parta del Estado. Subversión, Represión. Terrorismo. Excepción…, o por el contrario, los años más bellos de nuestras vidas. Transformación radical de la vida cotidiana. Utopía. Necesidad de comunismo. Revolución sexual. Lucha armada. Etc. Y aun más. Mundo Beat. Hippies. Situacionistas. Movimiento estudiantil. Poder obrero. Lucha continua. Maoistas. Consejistas. Anarquistas. Autónomos… Detrás de todas estas definiciones, la vida de miles, de centenares de miles de individuos durante dos décadas, que excavaron hasta los cimientos de los pilares aparentemente inmutables de la sociedad italiana. Después de aquella enorme y profunda experiencia colectiva, nada puede ser considerado como antes
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