Descripción
Elsa una psicóloga de prestigio es poseedora del secreto de una paciente un asesinato que pronto podrán ser dos. Sus miedos internos su análisis de su pasado su presente y su futuro. Sueños que nunca pudieron ser ilusiones frustadas…personajes entrelazados todos ellos con vidas mediocres sin poder cambiar en el inmovilismo del presente.429 PAGINA
8,00 €
VERDADERAMENTE HEMOS ALCANZADO unos tiempos donde las dificultades se han acrecentado para realizar un estudio histórico sobre el fundador de ese conglomerado de católicos autodenominado Opus Dei, unidos con tal coherencia que resulta ser una masa compacta. Al no tener que dar cuenta de sus actividades a nadie más que al papa, el Opus Dei ha terminado inquietando, por su riqueza e independencia, tanto a las demás órdenes y congregaciones religiosas católicas como al propio Vaticano.
Ya existe un número considerable de hagiografías publicadas sobre el fundador del Opus Dei, compilaciones de un solo autor u obras colectivas dentro de esa rama de la historia de la Iglesia católica denominada hagiografía o historia de la vida de los santos. Condensar, sin embargo, en una biografía la vida completa del fundador, que sea al mismo tiempo correcta desde el punto de vista histórico y accesible al gran público, ha resultado ser una tarea especialmente difícil por la ausencia de datos, que en la mayoría de las ocasiones escapan al control y análisis del historiador. Sobre la idoneidad del libro tan sólo cabe señalar que no es una biografía más, sino una biografía completa y como el autor se fundamenta en los principios de la historia y no de la hagiografía, los lectores a través del conjunto de opiniones expuestas pueden lograr alcanzar un juicio objetivo y documentado sobre Josemaría Escrivá, el fundador del Opus Dei, quien mantuvo una preocupación constante hasta para modificar su nombre y apellido.
Desde su nacimiento en 1902, año en que tuvo lugar la coronación como rey de Alfonso XIII, hasta su muerte en 1975, coincidiendo en el año con la muerte del dictador Franco, todas las fechas de la existencia del fundador fueron declaradas importantes por el Opus Dei, siendo la ambición máxima de sus miembros y simpatizantes auparle cuanto antes como santo en los altares, porque el Opus Dei propaga la idea de que la militancia en sus filas y la ultraortodoxia religiosa son suficientes para asegurar la santidad. Como el centenario de su nacimiento es el año 2002, el Opus Dei quiso sobre todo que el fundador fuera declarado santo rápidamente, porque ya no se trataba de un simple proceso de santidad, sino de turbosantidad.
El análisis histórico se extiende en el libro a lo largo del siglo XX, desde un oscuro período inicial, pasando por una guerra civil y cuarenta años de dictadura, deteniéndose cuando el fundador murió en Roma con 73 años, sin que existiera un régimen democrático en España. También es, por ello, el relato de una generación que vivió intensamente la dictadura de Franco entre la sordidez ambiental y las ambiciones de futuro. Hasta tal punto, que en carta escrita desde Roma y dirigida personalmente al general Franco como Jefe del Estado, en los años sesenta, según consta en los Archivos de El Pardo legajo 178, el fundador, que también se sentía patriota a su manera, refiriéndose a las actividades del Opus Dei reconoció por escrito y con mucho orgullo al dictador que “aun cuando se trata de una institución católica, aquí y en todas partes, detrás del Opus Dei se ve a España”.
Después de desarrollar su propio espacio escénico como fundador, Escrivá se tomó su trabajo en España como un papel activo dentro del espectáculo de la dictadura y terminó creyéndose su papel de protagonista único. De genio irregular, excesivamente delicado o reparón, propendiendo exageradamente a poner reparos o defectos a las cosas, participó también con frecuencia en la creación de situaciones ridículas, por lo que estuvo expuesto a la burla y al menosprecio de contemporáneos suyos, ya que muchas acciones del fundador del Opus Dei, por su rareza y extravagancia, movieron o pudieron mover a risa. No obstante, los comentarios y la gestualidad del fundador se convirtieron en visiones procedentes del cielo, sus deseos camuflados en ficticias intervenciones divinas, participando sus miles de seguidores en la puesta en escena de un espectáculo completo que giró hasta su muerte y después de su muerte en torno a su persona.
A lo largo de su vida, el fundador del Opus Dei repitió en diversas ocasiones ante seguidores suyos que había tenido una visión extraordinaria con la fecha de su muerte, situándola en el año 1982. Pero iba a morir de repente, de un infarto, lejos de la fecha que él había indicado. Desde que se sintió viejo y enfermo también repetía a menudo “cualquier día me voy”. Fue el 26 de junio de 1975, en el mismo año y tan sólo cinco meses antes de la muerte de Franco, cuando el corazón del fundador del Opus Dei se cansó de latir y, pese a la ambición universal de sus seguidores, el fallecimiento del fundador quedó unido fortuitamente y para siempre a la suerte de la época franquista.
Nada más conocerse la noticia de su fallecimiento y como el fundador no acertó con la fecha de su muerte, se elaboró una versión dentro del Opus Dei para justificar tal adelanto, porque “el Padre” y fundador no podía equivocarse. La versión consistió en señalar que dada la situación en que se encontraba la Iglesia católica, calificada de “muy mala” en 1975, el fundador había ofrecido su vida por la Iglesia y por eso la fecha era distinta, porque Dios le había aceptado el sacrificio final antes de la fecha de la visión que, por supuesto, había tenido del cielo.
Datos de esta biografía ya fueron publicados anteriormente por el autor en dos libros donde analizaba globalmente al Opus Dei, un tema que sigue siendo tabú a principios del siglo XXI. El primer libro se editó en París porque no pudo publicarse en Madrid y el segundo libro se editó en Barcelona, se agotó la primera edición y nunca ha llegado a ser reeditado. En ambos casos ha dado la impresión de que al Opus Dei, por ser la Obra secreta de Dios, no se le puede criticar ni mencionar.
La publicación de esta biografía se explica por ser el año 2002 el centenario del nacimiento del fundador del Opus Dei, tras haber sido declarado oficialmente santo por la Iglesia católica. Reciban, pues, los lectores, estas páginas con el ánimo y disposición que merecen semejantes motivos. Este es un libro dedicado a la opinión pública y no sólo a la católica.
JESÚS YNFANTE
Jesús Ynfante Corrales fue un periodista y escritor español. Wikipedia
No hace mucho que he descubierto a este periodista suizo que, como Vittorio Messori aunque de distinta manera, escribiendo un libro divulgativo sobre el sentido de la historia a la luz de la fe, hizo un gran bien a la Iglesia.
Georges Huber (1910-2003) fue un periodista suizo. Estudio en colegios suizos y en París se licenció en Relaciones Internacionales y obtuvo su título de doctor en Ciencias Políticas y Económicas, demostrando así su capacidad de generar conocimiento científico. Esta experiencia dejaría en él la huella imperecedera de cómo afrontar la investigación de cualquier suceso sin perder de vista la verdad de los hechos.
En la Universidad Católica de París hizo estudios de posgrado y recibió clases de Étienne Gilson, líder en su época del neotomismo católico. Fue corresponsal en Roma de varias publicaciones de Francia, Alemania, Canadá e Italia, dejando la Ciudad Eterna durante la Segunda Guerra Mundial para trabajar en Suiza sobre gestión económica durante el conflicto.
Se casó en 1946 y perteneció, junto con su esposa María Teresa, a la Orden Terciaria de los carmelitas. Llegó a hablar siete idiomas. Escribió unos quince libros y una treintena de artículos no propiamente periodísticos. Lo que hace que os lo presente es, sin embargo, el bien que me ha hecho leer una de sus obras: El brazo de Dios.
En ella expresa la acción de Dios en la historia, basándose en las Sagradas Escrituras y en los padres de la Iglesia como San Agustín, así como en Santo Tomás de Aquino, gran exponente del Providencialismo como modo auténtico, revelado e inspirado por Dios de entender la historia.
Mejor que explicar los contenidos, es, creo, daros a probar algo de lo que en él podréis encontraros:
“En un mismo hombre y en el mismo instante, la violación de un mandamiento de Dios puede coexistir con el cumplimiento de los designios de Dios. Al vender su hermano pequeño a los mercaderes que marchaban a Egipto, los hijos de Jacob violaban la ley de Dios; pero al mismo tiempo y por el mismo acto, ejecutaban sin saberlo un decreto de la Providencia. El propio José se lo revelará después de la muerte de su padre Jacob: «Vosotros pensasteis hacerme un mal, pero Dios lo convirtió en bien»…
»Otro ejemplo, aún más impresionante, de esta coexistencia en los mismos sujetos y al mismo tiempo de la violación de la ley de Dios y del cumplimiento de sus designios. Todas las autoridades responsables del arresto, la condena y la crucifixión de Jesús se hicieron culpables del más horrendo de los crímenes: el deicidio, la condena a muerte del Inocente por excelencia. Sin embargo, al hacer esto, aquellas autoridades ejecutaban un decreto eterno de Dios. Es verdad que ellos lo cumplieron sin saberlo, como los hermanos de José, figura de Cristo, pero lo cumplieron. La Sagrada Escritura lo afirma con una claridad tajante: al evocar las maquinaciones y los complots urdidos contra Jesús por Pilatos y Herodes, por los gentiles y por los judíos, la primera comunidad cristiana constata que se hizo así «para ejecutar lo que la mano y el consejo de Dios habían decidido que se hiciese»…
»El azar no existe para Dios y para quien ve los acontecimientos «con los ojos de Dios»: «Lo que es azar a los ojos de los hombres, es designio, plan determinado, en la consideración de Dios» (Bossuet). Los encuentros inesperados y las coincidencias imprevistas que el no creyente imputa al azar, el creyente los atribuye a Dios, que desde toda la eternidad los ha insertado en sus planes. Si con la Revelación la palabra «Providencia» se ha convertido en el «nombre de bautismo del azar», la palabra «azar», en un mundo secularizado, se ha convertido en el «apodo de la Providencia» (Chamfort). «No hablemos más de azar ni de fortuna -escribe Bossuet-, o hablemos de ello como de un nombre con el que encubrimos nuestra ignorancia. Lo que es azar ante nuestros conocimientos inciertos es un designio concertado dentro de un consejo más alto, es decir, dentro del consejo eterno que encierra en sí todas las causas y todos los efectos en un mismo orden. De esta suerte, todo concurre a un mismo fin, y es esta incapacidad para conocer y comprender el conjunto lo que nos hace encontrar como producto del azar o de la irregularidad nuestras experiencias particulares»…
»Ocurre, así, que un velo de misterio cubre la historia. Nosotros no percibimos sino el exterior, en tanto que se nos escapan las grandes líneas del proceso. La historia, que es obra de los hombres, es también la ejecución de los planes de Dios. Y esto, de un modo primordial. San Agustín compara la historia a un canto cuya belleza no se aprecia hasta que se han escuchado las cadencias finales. De este modo, Dios atraviesa de incógnito la historia. La conduce con una fuerza irresistible sin que el ojo sea capaz de aprehender su presencia. Omnipresente, parece ausente. Omnipotente, parece a veces impotente, hasta tal punto las fuerzas del mal parecen haberlo oscurecido. Pero no se trata más que de una apariencia. Él domina soberanamente a los dominadores…
»Los hombres se agitan, y Dios los conduce y guía. Las manos de los hombres trabajan e intrigan, hacen y deshacen, construyen y abaten, y, al mismo tiempo, obedecen, sin saberlo, al brazo invisible de Dios. Al ejecutar los designios humanos, los hombres ejecutan los de Dios“.
El cardenal Marcelo González Martín (1918-2004) escribió el prólogo de la edición española de ‘El brazo de Dios’, publicada en 1980 por Rialp en la colección Patmos El original francés data de1976.
Sin duda, entre los muchos beneficios que pueden producir catástrofes como la pandemia, Filomena, el volcán de La Palma o la guerra está el indicado por el mismo Jesucristo: convertíos, volveos a Dios. La pesadumbre que ha producido en no pocos católicos el descubrimiento del más que conocido y denominado Nuevo Orden Mundial y su agenda no debe enturbiar nuestra fe y nuestra razón de tal modo que lleguemos a perder la fe en un Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo, con el Corazón traspasado, que no abandona la obra de sus manos.
El brazo de Dios es un texto que nos puede ayudar en nuestra formación permanente, frente a la deformación permanente que suponen algunos medios de comunicación y nuestras propias limitaciones, debilidades y pecados. Un científico heterodoxo metido a divulgador espiritual como Georges Huber puede ser tenido también como un regalo de la Providencia para estos tiempos recios que vivimos.
En:
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Mejor que explicar los contenidos, es, creo, daros a probar algo de lo que en él podréis encontraros:
“En un mismo hombre y en el mismo instante, la violación de un mandamiento de Dios puede coexistir con el cumplimiento de los designios de Dios. Al vender su hermano pequeño a los mercaderes que marchaban a Egipto, los hijos de Jacob violaban la ley de Dios; pero al mismo tiempo y por el mismo acto, ejecutaban sin saberlo un decreto de la Providencia. El propio José se lo revelará después de la muerte de su padre Jacob: «Vosotros pensasteis hacerme un mal, pero Dios lo convirtió en bien»…
»Otro ejemplo, aún más impresionante, de esta coexistencia en los mismos sujetos y al mismo tiempo de la violación de la ley de Dios y del cumplimiento de sus designios. Todas las autoridades responsables del arresto, la condena y la crucifixión de Jesús se hicieron culpables del más horrendo de los crímenes: el deicidio, la condena a muerte del Inocente por excelencia. Sin embargo, al hacer esto, aquellas autoridades ejecutaban un decreto eterno de Dios. Es verdad que ellos lo cumplieron sin saberlo, como los hermanos de José, figura de Cristo, pero lo cumplieron. La Sagrada Escritura lo afirma con una claridad tajante: al evocar las maquinaciones y los complots urdidos contra Jesús por Pilatos y Herodes, por los gentiles y por los judíos, la primera comunidad cristiana constata que se hizo así «para ejecutar lo que la mano y el consejo de Dios habían decidido que se hiciese»…
»El azar no existe para Dios y para quien ve los acontecimientos «con los ojos de Dios»: «Lo que es azar a los ojos de los hombres, es designio, plan determinado, en la consideración de Dios» (Bossuet). Los encuentros inesperados y las coincidencias imprevistas que el no creyente imputa al azar, el creyente los atribuye a Dios, que desde toda la eternidad los ha insertado en sus planes. Si con la Revelación la palabra «Providencia» se ha convertido en el «nombre de bautismo del azar», la palabra «azar», en un mundo secularizado, se ha convertido en el «apodo de la Providencia» (Chamfort). «No hablemos más de azar ni de fortuna -escribe Bossuet-, o hablemos de ello como de un nombre con el que encubrimos nuestra ignorancia. Lo que es azar ante nuestros conocimientos inciertos es un designio concertado dentro de un consejo más alto, es decir, dentro del consejo eterno que encierra en sí todas las causas y todos los efectos en un mismo orden. De esta suerte, todo concurre a un mismo fin, y es esta incapacidad para conocer y comprender el conjunto lo que nos hace encontrar como producto del azar o de la irregularidad nuestras experiencias particulares»…
»Ocurre, así, que un velo de misterio cubre la historia. Nosotros no percibimos sino el exterior, en tanto que se nos escapan las grandes líneas del proceso. La historia, que es obra de los hombres, es también la ejecución de los planes de Dios. Y esto, de un modo primordial. San Agustín compara la historia a un canto cuya belleza no se aprecia hasta que se han escuchado las cadencias finales. De este modo, Dios atraviesa de incógnito la historia. La conduce con una fuerza irresistible sin que el ojo sea capaz de aprehender su presencia. Omnipresente, parece ausente. Omnipotente, parece a veces impotente, hasta tal punto las fuerzas del mal parecen haberlo oscurecido. Pero no se trata más que de una apariencia. Él domina soberanamente a los dominadores…
»Los hombres se agitan, y Dios los conduce y guía. Las manos de los hombres trabajan e intrigan, hacen y deshacen, construyen y abaten, y, al mismo tiempo, obedecen, sin saberlo, al brazo invisible de Dios. Al ejecutar los designios humanos, los hombres ejecutan los de Dios“.
El cardenal Marcelo González Martín (1918-2004) escribió el prólogo de la edición española de ‘El brazo de Dios’, publicada en 1980 por Rialp en la colección Patmos El original francés data de1976.
Sin duda, entre los muchos beneficios que pueden producir catástrofes como la pandemia, Filomena, el volcán de La Palma o la guerra está el indicado por el mismo Jesucristo: convertíos, volveos a Dios. La pesadumbre que ha producido en no pocos católicos el descubrimiento del más que conocido y denominado Nuevo Orden Mundial y su agenda no debe enturbiar nuestra fe y nuestra razón de tal modo que lleguemos a perder la fe en un Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo, con el Corazón traspasado, que no abandona la obra de sus manos.
El brazo de Dios es un texto que nos puede ayudar en nuestra formación permanente, frente a la deformación permanente que suponen algunos medios de comunicación y nuestras propias limitaciones, debilidades y pecados. Un científico heterodoxo metido a divulgador espiritual como Georges Huber puede ser tenido también como un regalo de la Providencia para estos tiempos recios que vivimos.
El Brazo de Dios, ó, Memorias del Conde de Albornoz: Historia-Novela Española.
José Velázquez Y Sánchez (Autor) · Nabu Press · Tapa Blanda
Libro NuevoOrigen: EE.UU.
Sinopsis de TIEMPO DE ERRORESCon una escritura directa y desgarrada, pero plena de sutilezas narrativas, el autor nos descubre los años de aprendizaje en Larache; aquellos en que con obstinación y tozudez intenta salir de su analfabetismo, de una vida condenada a la marginación de la pobreza y de la delincuencia.
Librería: Librería Rola Libros, SEVILLA, España
Estado del lote: Bueno (muy pocas señales de uso)
Ediciones Destino – 9788423344147
Inglaterra, en 1520, está a un paso del desastre. El rey Enrique VIII no consigue engendrar un heredero varón y quiere divorciarse de su mujer, Catalina de Aragón, para casarse con Ana Bolena, pero el cardenal Wolsey, su principal asesor, no obtiene más que negativas del papa. En este clima de desconfi anza y necesidad llega a la corte Thomas Cromwell, al principio como segundo de Wolsey y más tarde como su sucesor. Cromwell es un hombre con una trayectoria original: hijo de un herrero que le trataba con gran brutalidad, llega a ser un genio político, sobornador, encantador y fanfarrón, y con una delicada y mortífera habilidad para manipular los hechos y las personas. Implacable en la consecución de sus propios intereses, es tan exigente con los demás como lo es consigo mismo. Su programa de reformas tiene que abrirse camino entre un parlamento que sólo vela por los intereses de sus miembros y un rey que fl uctúa entre las pasiones románticas y las pulsiones asesinas. «La novela más apasionante que puedas leer.» The Times
Carlitos Alegre se decide a aparecer por la fiesta que su distinguida familia da en el jardín de la casa, donde se siente inmediatamente atraído por Natalia de Larrea, una bella y acaudalada mujer que es el centro de atención de las miradas masculinas. Los celos que despierta el aparatoso baile de Carlitos y Natalia desencadenan una delirante pelea de la que se zafan los dos amantes, que se van a vivir a la casa de campo de ella. Sin embargo, el idilio entre el chico y la aristócrata ha escandalizado tanto a sus familiares y amigos, que el padre de él llega a demandar a Natalia por corrupción de menores. Esto les obliga a adoptar nuevas estrategias para poner a salvo su pasión, que tampoco es ajena al aprendizaje vital del muchacho y a la vida cosmopolita a la que está acostumbrada la mujer Estado del lote: Normal (con señales de uso normal) páginas. ISBN-10, 8408083333. ISBN-13, 978-8408083337.
Con este relato, a ratos hilarante, a ratos tierno, Alfredo Bryce Echenique consigue deslumbrarnos primero y conmovernos a continuación, gracias a su capacidad para describir los estados de ánimo y para reproducir los guiños de un grupo social y de una época. La pluma irreverente y tierna a la vez, y el desatado sentido del humor de Alfredo Bryce Echenique convierten esta historia inolvidable en un hito de la literatura actual.
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